No es como si una mañana entraras en la cocina y tu hijo hubiera creado una página web, ¿verdad? Pero de alguna manera eso se le acerca bastante. Durante años se ha debatido sobre el uso de Internet en la vida familiar, y en 2020 nos enfrentamos a lo evidente: Internet, debido a la pandemia.
No había forma de evitarlo. Usamos Internet para todo: aulas virtuales para niños, videojuegos con amigos, videoconferencias con colegas y, por supuesto, para ver películas y programas de televisión en streaming. El papel de Internet en nuestras vidas se convirtió en una constante en nuestra familia. Es hora de que lo repensemos.
La Generación Z, nacida en 1997 o después, representa a los adolescentes de hoy. Nunca han conocido un mundo sin Internet y tienen una oferta abrumadora de medios digitales para entretenimiento, participación, conexión y comunicación. Los juegos en línea, el streaming de medios y las redes sociales ofrecen innumerables posibilidades para crear, colaborar, inspirarse y conectarse.
En Francia y Alemania, los niños no se introducen en Internet hasta entre los ocho y los 14 años (en clase). En América del Norte y el Reino Unido, los niños son más jóvenes: En aproximadamente un tercio de los hogares, su primer contacto con Internet es entre los dos y cinco años.
Sin embargo, el alto consumo de medios digitales también tiene su lado oscuro. Los investigadores ya están preocupados por el impacto de Internet en la depresión, la ansiedad, el acoso, la adicción y los sentimientos de insuficiencia. Y ahora, los científicos advierten sobre peligros similares resultantes del uso ético de datos, violaciones de la privacidad y sesgos algorítmicos.
No obstante, muchos adolescentes parecen no ser conscientes de los riesgos actuales o potenciales (directos o indirectos) asociados a su creciente uso de aplicaciones en línea, plataformas de redes sociales y otros servicios basados en la web que dependen en gran medida de la recopilación de datos.
Mozilla, en colaboración con YouGov, realizó el Informe Mozilla: Niños, Tablets y Tecnología para comprender cómo las familias utilizan Internet en Estados Unidos, Canadá, Francia, Alemania y el Reino Unido. En noviembre, lanzamos un avance con las principales conclusiones del informe, que incluyen:
1. Muchos padres creen que sus hijos no tienen idea de cómo protegerse en línea. Aproximadamente uno de cada tres padres en Francia y Alemania cree que su hijo “no tiene idea de cómo protegerse a sí mismo y a sus datos en Internet.” En los Estados Unidos, Canadá y el Reino Unido, aproximadamente una cuarta parte de los padres comparte esta opinión.
2. Los padres en los Estados Unidos pasan más tiempo en Internet en comparación con los padres de otros países, y lo mismo ocurre con sus hijos. Los encuestados en los EE.UU. indicaron que usan Internet un promedio de siete horas diarias a través de navegadores web, aplicaciones móviles y otros medios. Al preguntar cuántas horas pasan sus hijos en Internet en un día típico, los padres en los EE.UU. dijeron que en promedio cuatro horas. En comparación, los niños en Francia usan Internet solo dos horas, mientras que los padres en Francia pasan aproximadamente cinco horas al día en línea. Independientemente de dónde crezca un niño, pasa más tiempo en Internet a medida que envejece.
Dadas estas conclusiones, es el momento de tomar medidas para proteger a tus hijos de todas las amenazas, sin perder de vista los peligros más probables:
- Cyberacoso
- Catfishing, es decir, ser engañado por alguien con una identidad falsa
- Explotación sexual
- Información hackeada o robada, como números de tarjetas de crédito o contraseñas
- Ajustes de seguridad comprometidos o virus
- Cargos automáticos en juegos y otras aplicaciones
- Pornografía
Dado que las redes sociales dependen en gran medida de la publicidad para generar ingresos, la recopilación, el intercambio y el uso de datos son esenciales para el éxito y crecimiento de estos servicios multimillonarios. Datos como información personal (PII), comportamientos, preferencias, usos y otros tipos de actividades se evalúan, analizan y utilizan no solo para retener y atraer usuarios, sino también para fidelizarlos más tiempo y monetizar sus actividades mediante publicidad dirigida.
En mi opinión, este es el mayor problema: los jóvenes no solo están en peligro en el presente debido al acoso y los cibercriminales, sino también en el futuro debido al almacenamiento de datos, la compartición de datos y la gestión exhaustiva de datos. Por lo tanto, es una buena idea estar atentos.
El comportamiento en línea de los adolescentes puede ser rastreado y analizado por escuelas, universidades y futuros empleadores, y nada se puede eliminar si no tienes control sobre los datos. Supongamos que tu hija elimina por completo su cuenta de redes sociales, pero sus datos de usuario pueden seguir existiendo en forma de etiquetas, publicaciones y menciones. Algunas plataformas permiten a los usuarios eliminar sus cuentas y limpiar los datos, pero estos datos ya podrían haber sido reutilizados y compartidos en la web abierta.
Los controles de privacidad se están convirtiendo en un tema crítico, ya que cada vez más de estas aplicaciones dependen de los datos para ser atractivas para los anunciantes. A medida que más aplicaciones se conectan entre sí a través de las principales redes sociales, los datos se intercambian de forma fácil y, a menudo, invisible entre plataformas.
Los controles de privacidad se están convirtiendo en un tema importante, ya que cada vez más de estas aplicaciones dependen de los datos para ser atractivas para los anunciantes. Sin embargo, a medida que más aplicaciones se conectan con las redes sociales predominantes, en parte por razones de conveniencia, la transferencia de datos entre plataformas sociales ocurre de manera fácil y, a menudo, invisible.
Como generación mayor, tenemos mucho que perder en términos financieros, médicos y de reputación si nuestros datos caen en manos de actores cibernéticos malintencionados. Tales advertencias pueden no resonar tanto con los jóvenes, que no se preocupan por sus cuentas de jubilación o registros médicos extensos. Pero así es como se ve el futuro. Por eso es importante crear recursos y establecer conversaciones informativas sobre higiene de identidad digital, privacidad, amenazas cibernéticas y protección personal en línea.
Cuando hablas con adolescentes, a menudo encuentran formas de eludir cortafuegos y bloqueadores. Sin embargo, la inteligencia emocional y una estrategia de privacidad (PRVCY) son importantes porque siempre hay amenazas cibernéticas que pueden volverse más relevantes en ciertos momentos. Por ejemplo, las noticias falsas y las manipulaciones ideológicas pueden aumentar en un clima político dividido. Y los adolescentes, que están en un proceso de formación de valores y desarrollo de identidad, pueden ser más susceptibles a mensajes dañinos sin comprender el racismo o el odio detrás de ellos.
En última instancia, hay dos maneras de explicar Internet:
1. Los datos que compartes
2. La información que consumes
Dependemos cada vez más de la tecnología, y los niños no están exentos de ello. Dejar que los niños y adolescentes vaguen por el mundo digital anónimo puede generar tanta ansiedad y preocupación como dejarlos salir solos. Acepta que tus adolescentes probarán sus límites, ya que es parte de crecer. Pero si confías en ellos, los tratas con respeto y hablas abiertamente con ellos regularmente, puedes asegurarte de que crucen los límites de la infancia de manera saludable y no peligrosa.
#PRVCYConsejos
Es posible que tu adolescente se resista a las reglas sobre el uso de tecnología, especialmente en sus teléfonos inteligentes, pero algunos límites son importantes. Estos límites pueden variar según tu enfoque personal hacia la tecnología y tu hogar. Aquí hay algunos consejos que puedes considerar:
Limita el uso del teléfono en el dormitorio, especialmente a la hora de dormir. Un dormitorio libre de dispositivos puede tener un impacto positivo en el sueño y la seguridad de tu adolescente.
Anímales a no usar redes WiFi públicas para transacciones bancarias o compras.
Reuniones regulares con tu hijo para revisar las aplicaciones y software instalados (sin leer los mensajes, ver fotos u otros contenidos privados).
Enséñales a reconocer correos electrónicos sospechosos o estafas de phishing.
Limita el uso de datos y SMS a través de tu proveedor. Las investigaciones han demostrado que esto puede prevenir el sexting de manera más efectiva que las revisiones telefónicas aleatorias.
Establece pautas sobre el tipo de contenido que pueden publicar en las redes sociales, o asegúrate de que solo estén “amigos” con personas que realmente conocen.
Sigue sus redes sociales y hazte su amigo para monitorear posibles amenazas o acosos.
Haz que ellas dejen sus contraseñas en un sobre sellado para que puedas acceder a su dispositivo en caso de que ocurra algo.
Si tu hijo juega videojuegos en línea, su dispositivo puede ser más vulnerable a brechas de seguridad. Es importante que te familiarices con el software o consola que utiliza tu hijo y te asegures de que estén activadas las configuraciones de seguridad recomendadas.