25 documentos revelados a través de la Revisión Obligatoria de Desclasificación (MDR) ilustran cómo los responsables políticos en EE.UU. conceptualizaron y desarrollaron hace 65 años la red de vigilancia espacial de EE.UU. para identificar, rastrear y recolectar información sobre un número creciente de satélites y escombros.
La competencia en el espacio comenzó con los esfuerzos de EE.UU. por detectar y seguir objetos espaciales desde antes del Sputnik 1 hasta el entorno orbital más poblado de hoy en día.
Estos documentos documentan los orígenes y el desarrollo del programa, incluidas las primeras cámaras especialmente desarrolladas a partir de 1956 para fotografiar y rastrear satélites científicos estadounidenses. Otros documentos describen cómo en los años siguientes, con el desarrollo del Sistema de Detección y Seguimiento Espacial (SPADATS), aumentó significativamente el número de radares y sensores ópticos para mantenerse al día con el creciente número de objetos espaciales, especialmente satélites militares soviéticos que representaban una potencial amenaza para la seguridad nacional.
La red de vigilancia espacial de EE.UU. incluye sensores electro-ópticos propios, adicionales y contribuyentes, pasivos de alta frecuencia (HF) y de radar, que mediante diversas metodologías y tecnologías, pueden monitorear a ciudadanos de todo el mundo a través de información satelital.
Ahora
Los gobiernos pueden usar satélites de imágenes equipados con cámaras de alta resolución que capturan imágenes detalladas de la superficie terrestre. Estos satélites pueden proporcionar información sobre una variedad de actividades, como el desarrollo urbano, la agricultura, la infraestructura y el movimiento de personas. Los sensores de satélites pueden captar diversos tipos de información, como temperatura, patrones climáticos y niveles de contaminación. Estos datos pueden ser utilizados para monitorear las condiciones ambientales e indirectamente también las actividades humanas.
La manera en que los gobiernos supervisan a los ciudadanos de todo el mundo es muy simple: utilizan satélites. En el seguimiento GPS, por ejemplo, los satélites se usan frecuentemente para navegación y servicios basados en la ubicación. Los gobiernos y las grandes empresas tecnológicas acceden a los datos GPS para rastrear en tiempo real los movimientos de personas o vehículos.
Otro método tradicional desde su invención es el monitoreo de comunicaciones: los gobiernos pueden interceptar y supervisar llamadas telefónicas, correos electrónicos y transferencias de datos, lo que puede revelar información sobre actividades y ubicaciones de personas.
Por supuesto, los satélites también pueden ser utilizados con fines positivos, como monitorear lugares delicados como instalaciones militares, áreas de frontera o zonas propensas a actividades ilegales, o para protección civil y medidas de emergencia. Los gobiernos utilizan esta tecnología para evaluar el alcance de desastres naturales, planificar la ayuda y coordinar acciones de rescate.
Y ahora también las grandes empresas tecnológicas están llegando al espacio
Elon Musk y SpaceX lanzan una versión militar de Starlink llamada Starshield. Según el sitio web recién establecido, Starshield será la versión militar y gubernamental de Starlink, un servicio de internet basado en satélites. Inicialmente se centrará en tres áreas: observación terrestre, comunicación y cargas útiles hospedadas.
Será entonces un satélite espía y una plataforma de comunicación que se puede customizar para cada cliente.
El lanzamiento de Starshield es una confirmación pública de que los mayores clientes de SpaceX son el ejército y los gobiernos. Incluso el servicio de Starlink destinado al consumidor, que originalmente estaba pensado para conectar áreas rurales desatendidas, ahora cae en el ámbito bélico.
El Pentágono ha cubierto los costos de muchos terminales Starlink en Ucrania y ya utiliza la red de satélites y los cohetes de SpaceX intensivamente. La NASA es uno de los mayores socios de SpaceX y la compañía llevó por primera vez sistemas al espacio para la Fuerza Aérea en 2018.
En junio lanzó un satélite para el gobierno alemán.
Elon Musk confirma que las tecnologías de comunicación empleadas en los sistemas Starlink son más avanzadas que la mejor tecnología militar en la Tierra...
“La continua colaboración de SpaceX con el Departamento de Defensa y otros socios demuestra que somos capaces de operar a gran escala tanto en el espacio como en tierra”, se indica en el sitio web de la empresa. El lanzamiento de Starshield siguió al anuncio del 1 de diciembre de que la Comisión Federal de Comunicaciones otorgó a SpaceX el permiso para lanzar 7,500 satélites adicionales, una llamada “constelación”, al aire. En un futuro cercano, la órbita terrestre estará llena de satélites de la marca Musk.
¿Qué pasa con los otros actores?
Ahora China y Rusia han desarrollado sistemas robustos de conciencia situacional espacial que son cruciales para sus objetivos. (La supervisión espacial se conoce hoy comúnmente como conciencia de la situación espacial). En 2021, el general David Thompson, subcomandante de la Fuerza Espacial de los EE. UU., declaró que “tanto China como Rusia atacan regularmente los satélites de EE. UU. con medios no cinéticos, incluidos láseres, interferencias de radio y ciberataques. La información sobre la mayoría de estos ataques sigue siendo secreta.
Sin embargo, algunos pocos se han hecho públicos, como el ciberataque ruso a la infraestructura terrestre de los satélites de comunicaciones de ViaSat el 24 de febrero de 2022, que interrumpió el servicio para Ucrania y varios países europeos. Rusia ha interferido regularmente con señales GPS en varias áreas, incluidas Ucrania desde su invasión en 2014 y en el norte de Noruega durante los ejercicios de la OTAN allí. China y Rusia también tienen armas anti-satélite operativas que están armadas con ojivas convencionales y pueden destruir satélites en órbita baja terrestre.
Individuos, organizaciones no gubernamentales, empresas y gobiernos de todo el mundo dependen de una variedad de satélites para comunicación, navegación, asistencia en desastres, información meteorológica, monitoreo ambiental y agrícola, geología, oceanografía y muchas otras aplicaciones.
Astrónomos del telescopio LOFAR de los Países Bajos han observado docenas de satélites Starlink de SpaceX y constatado que siguen emitiendo “radiación electromagnética no deseada” de su electrónica, según la Unión Astronómica Internacional en un comunicado. En el estudio de los satélites Starlink se encontró que los satélites observados emiten señales en frecuencias que causan interferencia con las observaciones radioastronómicas.
Las interferencias emitidas por los satélites Starlink hacen extremadamente difícil para los radiotelescopios detectar señales de objetos lejanos en el espacio. En condiciones normales, los radiotelescopios se sitúan en áreas aisladas y especiales donde no se pueden producir interferencias. De esta manera se evitan interferencias tanto de satélites terrestres como orbitales.
Impactos de la privacidad
Es importante saber que la vigilancia satelital de los ciudadanos plantea serias preocupaciones de privacidad. Siempre hemos sabido que EE. UU. espía, pero ahora, con grandes empresas tecnológicas como Starlink, las leyes y regulaciones en muchos países ya no se cumplen.
Aunque algunos aspectos de la vigilancia satelital están sujetos a acuerdos y regulaciones internacionales, como el Tratado del Espacio Exterior y la Directiva de Observación Remota, que buscan restringir la difusión de imágenes de alta resolución, no confiamos en que las grandes tecnológicas y los gobiernos sigan estas reglas.
Protegerse de la vigilancia satelital puede ser un desafío, ya que a menudo requiere tecnologías avanzadas y recursos. Si bien no es posible escapar completamente de la vigilancia satelital (después de todo, comenzamos una sociedad secreta que vive en el subsuelo), hay pasos que podemos tomar para proteger nuestra privacidad y reducir el riesgo de observaciones no deseadas:
#PRVCYTipps
Limitar la información pública disponible:
Presta atención a lo que compartes en línea, especialmente en las redes sociales. Evita divulgar detalles personales, ubicaciones exactas y planes de viaje que puedan ser utilizados para rastrear tus movimientos.
Usa cifrado:
Cifra tu comunicación para proteger tus datos de escuchas. Utiliza aplicaciones de mensajería seguras y servicios de correo electrónico que ofrezcan cifrado de extremo a extremo.
Evitar dispositivos con GPS:
Apaga el GPS en tu smartphone cuando no lo necesites. Considera también el uso de mapas offline como Osmand.
Protege tu Wi-Fi:
Protege tu red doméstica con una contraseña fuerte y cifrado. Desactiva la administración remota de tu enrutador y usa una red privada virtual (VPN) para cifrar tu tráfico de Internet.
Usa escudos protectores físicos:
Utiliza barreras físicas como cortinas, persianas o láminas para ventanas que bloqueen o reduzcan la vista hacia afuera. De esta manera puedes proteger tu privacidad de la vigilancia desde el suelo.
