Desde 2011, el gobierno británico ha iniciado investigaciones sobre las prácticas de los Mirror Group Newspapers, que han llevado a dos juicios de escuchas telefónicas de alto perfil.
Los demandantes [aquellos que creen que sus teléfonos fueron hackeados] alegan que los periodistas del Daily Mirror, Sunday Mirror y People Magazine obtuvieron información privada y confidencial sobre sus vidas mediante una variedad de medios ilegales.
Las acusaciones se refieren a historias que en algunos casos datan de hace más de 20 años.
En el primer juicio, que tuvo lugar entre 2013 y 2015, se trató de acusaciones de que los periódicos habían hackeado los teléfonos de varias personas prominentes, incluyendo al ex primer ministro británico Gordon Brown, el actor Jude Law y el futbolista Paul Gascoigne.
El juicio reveló que el Mirror había practicado escuchas telefónicas y otras actividades ilegales. Los Mirror Group Newspapers han resuelto cientos de demandas; en un caso en 2015, pagaron 1,25 millones de libras en daños a ocho víctimas. MGN ha reservado 28 millones de libras para abordar las acusaciones de escuchas.
Sin embargo, la empresa insiste en que la culpa no puede atribuirse a los ejecutivos, ya que los periodistas habrían ocultado deliberadamente las actividades ilegales.
Este año se celebrará un juicio de siete semanas en el Tribunal Superior respecto a las acusaciones de que el Príncipe Harry y otros fueron objeto de escuchas telefónicas por parte de periodistas de los Mirror Group Newspapers (MGN).
El Duque de Sussex testificará en persona en junio, convirtiéndose en el primer miembro de alto rango de la familia real moderna en comparecer ante un tribunal y ser interrogado.
El juicio comenzó cuando la fiscalía presentó pruebas de que el exeditor del Mirror, Piers Morgan, estuvo involucrado en escuchas telefónicas. Morgan había sido anteriormente editor del News of the World, otro periódico británico involucrado en el escándalo de escuchas telefónicas. La fiscalía argumentó que Morgan promovió las escuchas en el Mirror e incluso publicó historias basadas en información obtenida a través de éstas.
Creen que los periodistas explotaron una brecha de seguridad (ahora cerrada) en los teléfonos móviles, que les permitió acceder a los mensajes de voz de sus objetivos. Al escuchar los mensajes de amigos y familiares, pudieron enterarse de la vida de las personas sobre las que querían escribir.
Se alega que los periodistas también emplearon investigadores privados para incitar a otras personas a revelar información confidencial sobre los objetivos: desde detalles financieros hasta información médica.
El Príncipe Harry, por ejemplo, afirma que existen pruebas de que reporteros y fotógrafos utilizaron varias técnicas para seguir los movimientos de su exnovia Chelsy Davy.
Los demandantes alegan que no había un interés público justificado en su persecución, sino que fue simplemente “una mala conducta por motivos comerciales cínicos”.
La defensa, por otro lado, argumentó que Morgan no estuvo involucrado en las escuchas en el Mirror y que cualquier evidencia en contrario ha sido sacada de contexto. También argumentaron que las escuchas en el Mirror fueron obra de unos pocos reporteros descontrolados y no parte de una cultura más amplia de actividades ilegales en el periódico.
El juicio contra el periódico Mirror y el gobierno británico fue un hito en los esfuerzos de Reino Unido para abordar el problema de las escuchas y otras actividades ilegales en la prensa. Recordó que incluso las empresas de medios poderosas no están por encima de la ley y que la privacidad y los derechos de las personas deben ser respetados independientemente de su perfil público.
