El 2.5% es 0.025 de 1. Una fracción mínima de las emisiones de CO2 que se utiliza como excusa para implementar aún más vigilancia y control. Entonces, ¿qué son los pasaportes de huella de carbono? Imagina un documento que no solo registre tus datos personales e historial de viajes, sino que también ofrezca una visión clara de los impactos ambientales de tus viajes. Este concepto supuestamente tiene como objetivo crear una conexión tangible entre el comportamiento de viaje de una persona y las emisiones de carbono asociadas, similar al precursor: el pasaporte de vacunación Covid; un antiguo método de control masivo.
La introducción de pasaportes de huella de carbono conlleva un gran riesgo de promover prácticas de vigilancia. Al ofrecer a los viajeros una explicación barata de los impactos ambientales de sus viajes, se les alienta a quedarse en casa.
La discusión global sobre viajes sostenibles ha llevado a que varios países tomen medidas proactivas para reducir los impactos ambientales del tráfico aéreo. A principios de este año, Bélgica introdujo nuevos impuestos dirigidos a jets privados y vuelos de corta distancia, con el objetivo de promover alternativas a estos vuelos, especialmente para rutas dentro de la UE. Esta medida ya ha llevado a que la aerolínea de bajo coste Ryanair cierre su base en el aeropuerto de Bruselas Zaventem debido a aumentos de costos insostenibles.
De manera similar, Francia ha implementado una prohibición de vuelos nacionales de corta distancia cuando el mismo viaje puede completarse en tren en dos horas y media o menos. Esta medida, que recientemente entró en vigor, es parte de los esfuerzos del país por reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y promover opciones de viaje más sostenibles. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la prohibición ha sido objeto de críticas debido a numerosas excepciones y lagunas en la regulación.
Los pasaportes de huella de carbono tienen absolutamente el potencial de controlar el comportamiento humano y hacerlo predecible. Imagina un futuro en el que aerolíneas, hoteles y agencias de viajes ofrezcan incentivos a personas con huellas de carbono más bajas, o medios de comunicación masivos influyan en las opiniones en redes sociales para otorgarte descuentos, recompensas de lealtad o beneficios exclusivos. Esto no es un escenario de ciencia ficción, sino ya una realidad en algunos sectores. Esto no solo fomenta un mecanismo de censura y manipulación de decisiones, sino que restringe en gran medida la libertad de movimiento cuando la “calificación no es aceptable”.
En Estados Unidos, 238 aeropuertos ya utilizan tecnología de reconocimiento facial para vuelos nacionales, lo que significa que los pasajeros ya no necesitan identificarse. Esta tecnología de vigilancia e identificación, que parece atraparnos, permite a los viajeros pasar rápida y eficientemente por los controles de seguridad y puertas de embarque simplemente escaneando su rostro, lo que sirve como un medio digital de control.
Este desarrollo refleja la creciente aceptación e integración de sistemas de verificación biométrica en las operaciones diarias de la seguridad aeroportuaria y marca un cambio significativo en la forma en que se manejan las identificaciones de viaje – la tecnología ya está en uso. Surge entonces la pregunta inmediata: ¿qué sucede con los datos? ¿Dónde se almacenan? ¿Cómo se transmiten y evalúan?
Al mismo tiempo, Google lanza “Listas de Google Maps” – El compañero de viaje definitivo
¡Comparte recomendaciones de viaje a través de una lista de Google Maps para una ciudad o región específica!
Crear y compartir listas es tan sencillo y conveniente, al menos eso es lo que Google intenta vender, aunque se añade una nueva capa de recopilación de datos: tus pensamientos y experiencias más profundas, que solo compartirías con tu mejor amigo.
Por ejemplo, tus amigos saben que has estado 17 veces en Montreal y cuando alguno de ellos hace su primer viaje, te preguntan por tus mejores consejos. En lugar de empezar de cero y crear una lista cada vez que alguien pregunta, tus recomendaciones ya están listas para ser compartidas cuando sea necesario.
Desde una perspectiva más amplia, viajar es un privilegio. Aquellos que pueden permitírselo, limpian su huella donando a instituciones y organizaciones vinculadas a las Naciones Unidas. O, en última instancia, convertirse en un anónimo digital para que tus pasos y pensamientos más profundos no sean analizados, categorizados y castigados o recompensados con permiso de viaje.
„La idea del pasaporte de carbono se basa en la idea de cuotas personales de carbono“, dijo Alex Hawkins, editor de previsión estratégica de The Future Laboratory, y agregó que „implicaría un límite en cuánto carbono pueden emitir las personas en un determinado periodo de tiempo.“
Hasta ahora, el único pasaporte digital que ha sido implementado en Alemania es la iniciativa para desarrollar un pasaporte de baterías para prácticas sostenibles, un consorcio compuesto por fabricantes de automóviles, fabricantes de baterías y otros interesados de la cadena de suministro, apoyado por el gobierno alemán, debe introducir un pasaporte de baterías.
El consorcio, que incluye empresas prominentes como BMW, VW, Umicore y BASF, lanzará un proyecto piloto de tres años para establecer los estándares técnicos necesarios para el esquema del pasaporte de baterías. Notablemente, la empresa con sede en el Reino Unido para la trazabilidad de la cadena de suministro, Circulor, será responsable de la implementación de la tecnología del pasaporte digital del proyecto.
El proyecto está alineado con la regulación de baterías de la UE que entrará en vigor más adelante este año y que estipula que para 2026 todas las baterías utilizadas dentro de la UE deben tener un pasaporte de baterías.
La introducción de pasaportes de huella de carbono puede fomentar el desarrollo a nivel global creando un marco universal para la medición e informes de huellas de carbono, allanando el camino para el uso de reconocimiento facial y datos biométricos para identificar y autorizar o reportar sospechosos en todo tipo de transporte público, incluidos aeropuertos, pero también cámaras de velocidad en la autopista.
Por supuesto, la introducción de pasaportes de huella de carbono no está exenta de desafíos. Cuestiones como la estandarización de metodologías de medición, garantizar la precisión de los datos y abordar preocupaciones sobre privacidad deben ser navegadas cuidadosamente. Además, la amplia adopción y aceptación de este concepto requiere esfuerzos conjuntos de gobiernos, industrias y viajeros.
Mirando hacia el futuro del viaje, el concepto de pasaportes de huella de carbono tiene el potencial aterrador de transformar la manera en que viajamos y experimentamos los viajes y empoderar a los gobiernos para castigar a los marginados sociales en nombre de un “planeta más sostenible”.
En conclusión, el pasaporte de huella de carbono es un paso importante para expandir la agenda estatal y política en la manera en que las personas viajan. Al proporcionar herramientas obligatorias para supervisar y contener posibles conductas indebidas.
Podemos allanar el camino hacia un enfoque más sostenible y responsable para explorar el mundo limitando la cantidad de datos a los que nuestros teléfonos tienen acceso mientras abrazamos el concepto de transformación, no solo invertimos en la preservación de nuestra vida digital, sino que también cuidamos el planeta al desconectarnos de dispositivos que consumen energía y enriquecemos la experiencia de viaje con un sentido más profundo de propósito y conciencia.
El podcast Perspectiva Extranjera me invitó a hablar sobre cómo puedes protegerte y por qué la protección de datos debería ser un tema importante para todos nosotros.
